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domingo, 13 de febrero de 2011

Algunas de terror

Aquí os dejo algunas historias de terror que me encontré. Espero que os gusten:


Tenía nueve años cuando ocurrió todo. Ya era de noche y tenía que ir al baño, y como aún no tenía miedo, fui. Cuando entré por la puerta vi que eran las doce menos cinco, y me puse nerviosa sin razón, pero no me preocupé. Ya iba a salir para ir a mi habitación y acostarme, pero de repente dejé de sentir mi cuerpo y ¡me desmayé! A la mañana siguiente mi madre me dijo que no me pasaba nada, pero desde entonces no puedo dormir y odio la luz solar. Si alguien entra en el baño a medianoche, sin pensarlo dos veces, es asesinado. Me llaman Verónica y puedo ir hasta tu baño. ¿Te atreves a entrar?


Os voy a contar la terrible historia que le sucedió a mi mejor amiga hace tiempo. Un día quedó para jugar con unas amigas y decidieron subir al desván de la casa de una de ellas para hacer la güija. Todas estaban convencidas de que toda esa historia de que puedes comunicarte con espíritus es mentira, y se lo tomaron como un simple juego para pasar el rato. Así que colocaron una vela, un vaso y un tablero en el suelo y empezaron el ritual.
De repente, ¡el vaso se empezó a mover solo! Las chicas se asustaron mucho y creyeron que era una broma de alguien, aunque todas escucharon una voz que susurraba: “En este desván hay un espíritu”. A continuación el vaso se volvió a mover solo y marcó las letras: “L – A – U – R – A”. ¡Ese era el nombre de una de las chicas! La joven ¡empezó a temblar! Pasados unos segundos el espíritu se metió dentro del cuerpo de Laura y ¡se tiró por la ventana! Desde aquel día mi mejor amiga no es la misma y no ha vuelto a hacer la güija.


Amador era cocinero, pero era tan patoso que un día pelando cebollas se cortó la mano. Había una leyenda de él que consistía en pronunciar su nombre tres veces para que se apareciera ante ti.  Un día, una chica llamada Linda lo hizo, y enseguida se fue la luz. La chica se asustó, pero se calmó cuando escuchó el sonido del teléfono. Linda descolgó y la persona que estaba llamando ¡era Amador! La chica no daba crédito y no pudo pronunciar ni una sola palabra.
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Al rato decidió colgar e ir corriendo a contárselo a su madre, pero no estaba. ¡Toda su familia había desaparecido! ¡No había nadie en casa! Asustada, Linda llamó corriendo a una amiga, pero tampoco le cogía el teléfono, y después de varios intentos, alguien contestó a su llamada: “¿Qué quieres, Linda?”, le preguntó la voz de un hombre. Ella respondió tartamudeando  “¿Qui… quién eres? ¿Cómo sa… sa… sabes mi nombre?”.
De repente, Linda empezó a escuchar una voz a su espalda que pronunciaba su nombre y pensó que era un familiar suyo que acababa de llegar a casa. Se giró y ¡era Amador! Su única mano ¡sujetaba un cuchillo! Nadie más ha vuelto a ver a Linda. En las paredes de su habitación alguien escribió con sangre: “He matado a vuestra hija”.

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